lunes, 5 de noviembre de 2012

4 días, 4 cerros



La Campana, El Roble, El Mauco y La Giganta. 4 días y 4 cerros muy distintos unos de otros. 4300 mts de elevación positiva en esos cerros y un fin de semana épico !

El primero en la lista fue la campana, cerro ya conocido por mí, pero que por primer vez  intentaba  hacer “corriendo”. Con ganas y ansias de saber que tan rápido se podía hacer. 1h57m hasta la cumbre sin presionar demasiado, para quedarse jugando en las rocas de arriba más de 40 minutos. Que tremenda vista que tiene este cerrazo. Es increíble que desde acá, el ancho de chile: desde el mar hasta la cordillera, se puede apreciar en su totalidad. Se me había olvidado lo divertida que es la segunda  parte del cerro, casi  lo más divertido que  puedo pedir para el nivel de capacidades que hoy en día creo tener. Pasar por el acarreo e improvisar uno que otro corte para llegar más directo arriba, son partes de las cosas que se sortean durante los últimos 800 metros de la cara sur. La bajada, (acá un VIDEO de eso) un tanto conservadora por la cantidad de personas que al medio día iban subiendo y el calor que a esa hora ya estaba quemando, quedo en 1h12m. Finalmente, el roundtrip: auto-cumbre-auto (sin contar el tiempo arriba) quedo en 3h11. Definitivamente tengo que volver un día con poca gente y darle un esfuerzo de verdad para tratar de acercarme a 2h45 non-stop. De todas formas un tremendo día en la montaña y la corroboración de que este es un de mis cerros favoritos.

El siguiente en la lista, un cerro nuevo para mí: El –famoso- Roble. Si bien el pique para llegar hasta este, hace un tanto desmotivadora su ascensión, igual era un cerro que los amantes de esto debemos realizar. Con casi 10 kms de camino vehicular hasta la cumbre, el recorrido va tomando elevación suavemente (el camino es trotable en un 100%, lo que no es de mi agrado ni tampoco mi especialidad) hasta llegar a la cumbre, no menor de 2200 m.s.n.m. Con un calor infernal y algo cansado del camino algo monótono, decidí cortar de frente por un acarreo que se veía bastante entretenido, lo cual fue el highlight de todo el cerro, junto con la también espectacular vista desde su cumbre. La bajada, también por este acarreo con mucha roca suelta y un par de movimientos de cuidado, termina siendo bastante rápida. El roundtrip desde el auto a la cumbre y la vuelta termino siendo de 2h31m. Tiempo que también es sumamente mejorable, sobre todo para los que disfrutan de subir un cerro completamente corriendo y tienen sus fortalezas en eso. La verdad yo no volvería a este lugar a menos que sea con un objetivo específico (como unir la Campana y el Roble). Aun así, es un cerro que estaba en la lista y ahora puedo tachar.

Continuando con la lista, El Mauco se levanta como la cumbre más alta de los cerros costeros y a solo unos kilómetros al norte de Con Con. Al parece este es un cerro poco concurrido y solo es realizado por la gente que conoce de su existencia (fue el único cerro en el cual no nos encontramos con nadie), lo que me parece extraño, ya que es un cerrazo ! Partiendo con una verticalidad inmediata, el sendero del mauco toma elevación bruscamente durante el primer kilómetro para luego, convertirse en una agradable sendero hasta su cumbre. Nuevamente, desde arriba la vista era espectacular y además uno podía vislumbrar como los tres cerros ya mencionados se encuentran ‘mágicamente’ alineados uno detrás del otro…cosas raras. Luego de bushwacking por largo rato tratando de encontrar un camino para un pequeño cerro que se encontraba hacia el este, la bajada desde la cumbre del cerro es realmente divertida. Mucha piedra, canaletas y terreno seco/suelto, hacen que definitivamente uno tenga que poner atención donde se pone el pie. De verdad que me extraña que los trail runners de la V región visiten tan poco este cerro ya que con sus casi 4 kilómetros de subida y sus 650 metros de desnivel, lo convierten en un escenario ideal para entrenar.

Finalmente y con poca pierna, el domingo remate con La Giganta. Si bien era un cerro que ya conocía, esta vez comencé desde otro lugar, lo cual significo navegar por un jardín de cactus pequeños (putos cactus) y subir más de la cuenta con un calor que ya se acercaba a los 25 grados. Con nada más que la botella y una barra de cereal, tras mucho scrambling llegue a la cima en 1h38m para pasar arriba 4 minutos recuperando el aliento y sacando un par de fotos antes de retornar raudamente. La bajada, como ya sabía, iba a ser bastante sketchy sobre todo en la primera parte, lo que me significo bajarme de unas paredes no muy amigables y uno que otro porrazo que terminaron por maltratar aun más mis piernas. Finalmente auto-cumbre-auto en 3h04m (aunque el auto quedo al menos 8 minutos antes de empezar el cerro, cerro) y un sed y hambre que no había sentido en todos los otros días.

Una semana que termino con 4700 de desnivel positivo y ya totalmente recuperado de la UMA. Empiezo a mirar con hambre la Ruta del Condor que ya está a la vuelta de la esquina. Una semana más para darle fuerte antes del taper y de nuevo a correr 50k en la cordillera. Living the dream.

Arriba de la campana


Arriba del Mauco, con el clásico letrero improvisado.

Todas las rocas que hay para jugar arriba de la camapan. FUN.

Arriba de la Giganta con el Aconcagua de fondo.

Scrambling en la Giganta

La cumbre de la Campana desde una parte del camino.






lunes, 22 de octubre de 2012

Endurance Challenge 2012


Apenas cuando  sentía que había podido conciliar el sueño profundo, suena la alarma. 5 AM y ya era hora de levantarse. Plátano, yogurt,  café y estamos! Me preocupo de tener/llevar todo lo necesario y parto a la hacienda Santa Martina. 7 AM y ya estoy en el lugar. A pesar de que calor no hacia (más bien lo contrario) no se porque tuve la idea de que iba a despejar luego (gracias iPhone por tu pronostico errado) por lo cual no eche el corta viento en mi mochila y decidí partir con lo puesto (camisa y short)

8 AM en punto y la típica euforia de la partida se manifiesta. Acá comenzaban los 50K del famosillo “Endurance Challenge”. Si bien, creí llegar bastante fresco de piernas, al poco andar me di cuenta de que quizás no sería tan así la cosa. Hasta el primer avituallamiento trate de no salir volando  (esta vez ni intente seguir a Daniel jaja) y más que nada estuve luchando con la sensación de andar con una bolsa de agua en la espalda (fuck the bladder). Hacía meses que no ocupaba la mochila y obviamente mi cuerpo me lo estaba haciendo notar. 

Me chequee rápidamente en el puesto (era obligación  parar y registrar el chip de la muñeca) y salí disparado para no perder tanto tiempo. A medida que los kilómetros avanzaron, me empecé a sentir bien, demasiado bien realmente. Bajando por un camino más que agradable y con STGO dormido de fondo, me sentí volando cerro abajo. Todo iba perfecto… hasta que me doy cuenta de que ha pasado un rato y no he visto ninguna cinta de la organización. Puta Madre! Luego de ese incomodo momento en que no sabía si estaba bien o mal, empecé a gritar a los que venían atrás para decirles que al parecer habíamos errado el camino. Entre desesperación y una desconexión terrible, emprendí marcha atrás por una pequeña subida  hasta volver a retomar el camino (1 kilometro de yapa entre ir y volver y aproximadamente 10 minutos me tomo este pequeño detour). Enchuchado por haber perdido el ritmo y haberme salido de “the zone”   apreté a fondo para tratar de remontar algo de tiempo.  En eso estaba, cuando sin darme cuenta llegaba al segundo puesto de abastecimiento, donde nuevamente pare lo justo y necesario.

Apenas salí del puesto, me di cuenta de que mentalmente estaba completamente fuera del juego y mis piernas para trepar estaban en huelga. A pesar de ser terreno corrible, muchas veces no podía entrar en un ritmo de trote y mucha gente me paso en este punto, causándome  una  mayor desesperación. <<puta que es importante la cabeza en esto>>  Acá  Matias me paso como bala, no sin antes darme animo, a lo que yo apenas reaccione balbuceando algo. KM 23 y llegábamos al camino de auto que empezaba a subir leeeentamente por la faldas del cerro hasta un punto que parecía nunca llegar. A medida que avance un poco por este camino, comencé a sentirme un poco mejor (imaginándome que estaba corriendo en mi cerro de siempre), logrando mantener un ritmo lento pero parejo de trote. Volví a retomar un par de posiciones y dándome animo solito, llegue contento al puesto 3 (KM25 marcaba mi reloj). Acá traté de comer plátanos y las famosas pastillitas DEXTRO que había en los puestos. Tenía claro que no había estado ingiriendo las suficientes calorías y eso me preocupaba, pero aun así, no podía hacer mucho al respecto. Mi estomago no estuvo a la altura de las circunstancias

Y así continúe, paso a paso por esa eterna subida que a ratos era agradable y a ratos detestable. Si no fuera por las tremendas vistas a  los nevados de la cordillera  y la gente buena onda con la cual me topaba en el camino, este tramo se me hubiese hecho muchísimo más largo de lo que realmente era y por otra parte, mi cabeza subía y bajaba mientras  mis piernas seguían gritándome que parara de subir.

KM 34,5 y luego de un zigzag terrible, llegaba al penúltimo puesto de abastecimiento. El viento de montaña comenzaba a soplar fuerte y me puteaba a mi mismo por no haber echado la corta viento que solo pesaba un par de gramos. Saliendo del puesto con un puñado de pasas en la mano y repitiéndome “ya solo quedan unos kilómetros de subida y esto se acaba” llegue a la bifurcación que marcaba el camino de los 50k y el de los 80. Pero antes de empezar la bajada final, había que subir  cerca de 2 KMS con viento helado, a 2600 m.s.n.m y con el mayor grado de inclinación hasta ahora en lo que iba de recorrido (linda cosa !)

No sé bien que me paso, pero acá –manos en las rodillas- empecé a acelerar (la verdad este es el tipo de subidas que me gusta, eso debe haber sido) y  agarre  ritmo como si estuviera subiendo  el Manquehue en un día cualquiera. Llegue al portezuelo luego de haber avanzado un par de puestos y sintiéndome mejor que nunca. Unos segundos para mirar atrás y el reloj marcaba 43 KMS, hace rato que tenía claro que no serían 50k, pero ahí me di cuenta de que quizás serían un buen par más

Mentalmente me puse mi ‘flying suit’ y empecé a bajar como nunca antes en mi vida lo había hecho durante una carrera. Feliz de estar golpeándome los cuádriceps como enfermo  y pasando a gente que creía no iba a volver a ver, volví a conectarme, logrando -por lejos- los  10 kms más eufóricos y entretenidos que haya tenido hasta ahora compitiendo. Con hambre de pasar gente y llegar a la meta rápido, pase volando el último abastecimiento (KM49) y a pesar de que la gente ahí me dijo que me quedaban 6KMS hasta la meta (Si, 6!) seguí empujando cerro abajo para terminar cruzando la meta con un crono de 7 horas y 30 minutos que me terminaron dejando en el puesto 20 de la general en los 50 kilómetros.

A pesar de haber sido una carrera con altos muy altos y bajos muy bajos, rescato el hecho de haber podido re-incorporarme al juego en más de una ocasión y haber terminado bajando como lo hice. Todavía quedan muchas cosas por mejorar, partiendo por la alimentación-hidratación que sigue siendo mi gran dolor de cabeza,(sobre todo por mis cuasi colapsos en las horas posteriores), pero sigo sumando experiencia y esto es solo el comienzo !

Lo siguiente? En menos de un mes y si todo sale bien; RUTA DEL CONDOR here I Come.





Apunto de cruzar la meta, con el último aliento
A segundos de haber cruzado la meta
Felicitaciones a Daniel por tremenda carrera que hizo

Como cadaver a la hora de haber terminado. MAL.

Felicitaciones Matias también. Aguante TrailChile.










lunes, 1 de octubre de 2012

Septiembre


Wow, otro mes más adentro y octubre ya esta acá. Septiembre pasó demasiado rápido gracias a las famosas-y-muy-esperadas festividades del 18 y sus 5 días de farra. Eso, más mi recuperación –bastante rápida por lo demás- después del K42,  no me hicieron tener un mes tan consistente como me hubiese gustado a mí, pero a pesar de eso, pude meter dos tremendas  semanas con un par de highlights para el recuerdo.

Inmediatamente después del K42 me sentí realmente bien (tanto así que al día siguiente estaba arriba de la bicicleta luchando con mi mente que me quería mandar a correr), aun así, no quise dejarme llevar por estas sensaciones de bienestar y me tome la primera semana del mes bastante tranqui…si no fuera por un impulso que tuve de alcanzar una cumbre que siempre me llamo la atención en la ciudad de San Felipe. La Giganta con sus 1550 m.s.n.m me sacudieron por completo  y me hicieron enamorarme aun más de esos cerros (en los que se correr bien poco) en los cuales tienes que luchar con los arboles para muchas veces abrirte paso y hacer uno, dos o tres movimientos para encaramarte a un filo que te lleve a la cumbre. Que cerrazo más intenso. Con 1h35 min hasta su cumbre (luca de desnivel) y una bajada solo un poco más rápida que eso, esta fue mi primera real salida a menos de una semana de haber corrido el K42. Mis piernas estaban de vuelta.

La semana siguiente estuvo realmente intensa, con un intento por lograr un tiempo decente en el Manquehue (ruta x la piramide) aproveche  la energía/ansiedad que te deja rendir un examen de grado y me dirigí inmediatamente después de la prueba a ver qué podía hacer en el  Manquehue. Con nada más que mis short y mis zapatillas de calle (MR10, pésima elección), sin calentamiento previo ni nada, me puse a trepar ese terrible paredón que te recibe a los pies del cerro. Con un estomago que no colaboro en lo absoluto y el terreno que estaba más seco que nunca (poca tracción), logre llegar a la cumbre en 1h04m58s. Afortunadamente, arriba había gente que amablemente me convido de su agua ayudándome a recuperar mi aliento. 1m14s después de haber alcanzado la cumbre, comencé el descenso por el mismo camino por el cual había subido (cara oeste del Manquehue). La bajada fue por lejos de las cosas más intensas que he hecho. Bajar por ese filo tratando de hacerlo rápido y sin morir en el intento, me costó al menos 4 buenos porrazos, para luego apretar a todo lo que me diera mi cuerpo en la parte “fácil del cerro” (no fue mucho lamentablemente ja), para terminar parando mi reloj en 39m23s. Quedando el roundtrip en 1h45m35s el cual no está nada de mal para mi primer real intento de un ‘fast attempt’. Definitivamente la ascensión podría llegar a hacerla sub 1h con mejores zapatillas y en un buen día. En cuanto al descenso, yo lo pase realmente mal, pero de seguro que alguien con mejores habilidades que yo bajando podría descontar un buen par de minutos acá. Creo que yo podría mejorar en al menos 6 u 7 minutos  y por supuesto,  alguien con mejores capacidades que yo podría hacer la vuelta en 1h30m. Aun así, un buen día en el cerro y contento por el intento. Acá los datos del GPS

Esa semana continuo bastante intensa con dos idas más al manquehue, incluyendo una con Matías (TrailChile) a realizar un par de filmaciones que él está recopilando.  Puta que es entretenido el Manquehue. Que fortuna de los santiaguinos de tener tal cerrazo metido en plena ciudad. Envidia.

Finalmente luego de un break por las famosas fiestas, la última semana de septiembre termino siendo una de esas semanas que te dejan más que satisfecho por lo realizado. El sábado recién pasado, entre apurado por llegar a ver el final de Cavalls del Vent y la colaboración de mis piernas que estaban inusualmente enérgicas, termine  con un PR en la Cruz con 28m58 sin haber partido el día con esa intención. Definitivamente esto es lo más intenso que he hecho en términos anaeróbicos. No vomite gracias a que fui en ayuno y el hecho de que Cavalls estuviera por acabarse fue mi principal motivación para arrastrar mi cuerpo de vuelta a casa.


STATS Sept:

Semana 1: 6h27m   1350 desnivel + (Semana Post K42)
Semana 2: 11h11m 4150 desnivel + (Semana fast attempt al Manquehue)
Semana 3: 3h12m   560   desnivel + (Semana del 18, ja. El único desnivel fue un intento en el Mocoen)
Semana 4: 14h12m  4480 desnivel + (PR en la Cruz)

No queda nada para la UMA, Si bien este año haré solo 50k, estoy casi igual de ansioso que el año pasado. 2 semanas más de entrenamiento, Taper y estamos ! GO.


Scrambling antes de la cumbre de la Giganta
Summit

Acá se ve la cumbre del Mocoen, no llegue mucho más arriba desde donde tome esta foto. I'll be back.

El hermoso filo del Manquehue en su cara oeste. Entretención pura.







martes, 4 de septiembre de 2012

K42 2012


5:30 a.m. y suena la alarma. Me levanto más por  ansias que por ganas y chequeo que tengo todo listo para la carrera. Un café rápido y listo para partir. Las 7 de la mañana en la famosa Laguna Aculeo y  ya hay cierta onda pre-competencia. Las 8, me cambio de ropa, me preocupo de los detalles y me conecto a mi iPod (mi clásico ritual de concentración previo) para ponerme a calentar la máquina.  8:30 en punto y partimos.

Como era de esperarse la carrera partió rápida, muy rápida. Me habían comentado que serían cerca de 5 kms de camino ancho y de pendiente suave que de seguro harían a los de avanzada marcar una diferencia. Ya que no me encajone de los primeros, partí a fondo para tratar de engancharme con los que partieron adelante. Aquí anduve un rato con Daniel (que hizo tremenda carrera) y sin darme cuenta, habíamos llegado al primer abastecimiento (KM 5).

 A partir de acá el camino comenzaba a tomar más elevación y empezaba a mostrar su lado más técnico. Con trechos donde se podía correr a ratos y otros donde era mejor guardar algo de piernas, llegue al KM10 todavía sintiéndome de buen ánimo y maravillado por la ruta. Un poco más delante de este punto estaba el retorno para los que competían en los 21 y me cruce con los 3 primeros que iban a penas, un poco más adelante mío. Ahí me di cuenta que quizás había estado  avanzando demasiado rápido siendo que aun quedaba lo peor de la subida, lo que definitvamenente me hizo calmarme un poco. Por otra parte, acá cometí mi primer gran error del día. Creí que llegaba al KM15 con media botella de agua (QUE IMBECIL!) y no la rellene cuando pude. 

Obviamente al kms 12-13 ya no tenía agua y me encontraba subiendo leeeentamente por una subida hermosamente difícil y con una solazo que ya se manifestaba. Llegando al 15 mi cabeza ya había comenzado a pasarme la cuenta y manifestaba el primer síntoma de deshidratación. El tramo hasta el KM 15 fue realmente lindo; mucha piedra, mucha pendiente, unos zigzag tremendos y un par de cruzadas de agua que le ponían chispa a la cosa. Pasando el KM15 ya nos encontrábamos cercanos a los 2.000 m.s.n.m y empezábamos a llegar a  una gran explanada que se veía bastante –falsamente- “corrible”. Entre nieve derretida, barro, piedras y un camino poco definido, llegamos al KM 20 donde nos mandaban en busca de una banderita chilena para comenzar lo que sería el ansiado retorno.

Hasta este punto, me parece haber comenzado la “bajada” en el lugar 8 o 9. Mi  estomago y cabeza  ya no estaba colaborando del todo, pero aun tenía ganas de apretar un poco. Cruzándome con los que iban subiendo, me brindaban –y les brindaba- ánimo para lo que aun quedaba. Pasando por el abastecimiento del KM25 temía haber estado moviéndome muy lento (Marlen Flores venía pisándome los talones) así que prácticamente agarre un vaso y ni me preocupe de llenar mi botella que venía casi vacía  (2do gran error. Nuevamente: IMBECIL). Esta era la parte de la bajada que más prometía por su dureza. Sumado a la gran cantidad de piedras que se desprendían, el calor intenso y la fatiga muscular, los siguientes kilómetros fueron realmente un asco. Acá me empecé a sentir mal, realmente mal. Tuve que parar en varias ocasiones y perdí un par de puestos que a esta altura ya no me importaban. Implorando por agua llegue a un falso plano donde tuve la peor experiencia que he tenido hasta ahora corriendo. Mi visión se fue a negro por segundos, no controlaba mi cuerpo y mi cabeza me bombeaba como si fuera a estallar. Recuerdo a ver sentido que alucinaba por instantes, pero no sé cómo, mi cuerpo se las ingenio para seguir avanzando (arrastrándose?) hasta llegar  al abastecimiento (KM30). El sorbo de agua que ahí tome, fue una experiencia  mágica que creo, nunca olvidare. Mientras mi cuerpo volvía a la vida, empecé a avanzar y afortunadamente la parte más asquerosa de la bajada ya había pasado, por lo que empecé a retomar un trote lastimoso en cuanto  el terreno y la pendiente me lo permitían. Para el KM35 mi espíritu competitivo volvía a manifestarse para obligarme a correr lo último como si me estuvieran persiguiendo (bueno, seguramente no fue muy rápido, de hecho acá me paso la segunda mujer, pero para mí estar corriendo ya era un logro).

Finalmente, crucé la meta en 5h56m en el puesto #15 y creyendo haber aprendido la lección más dura que hasta ahora me hubiese  tocado vivir: NO SER TAN PAJARON y preocuparse de la hidratación. Creo que con el incidente de la deshidratación pude haber perdido entre 10 y 15 minutos que quizás, me hubiesen dejado dentro del top 10, pero ya que importa. Después de todo, el solo hecho de haber podido cruzar la meta, fue un sentimiento de alegría que pocas veces había sentido. Felicitaciones a todos los que se atrevieron ese sábado. Ahora, a seguir dándole. 


Corriendo con Daniel en la parte más plana del recorrido. Foto: Patricio Pinto, trailchile.cl
El español maquina que ganó ! Se paso.
Mi llegada a la meta, no recuerdo mucho este momento ja.
Recibiendo mi medalla de finisher.
EL sufrimiento no se acaba después de cruzar la meta.


Toda la carrera con esta canción en la mente:





viernes, 31 de agosto de 2012

Agosto

Ooh agosto. Se termino la espera y comenzó la temporada de carreras. A solo unas horas del K42, un mes y medio de la UMA y 2 meses y medio de la Ruta del Condor, la cosa se viene fuerte y tengo que tratar de no volverme loco para  mantenerme focus y activo como nunca antes.

 A pesar de que a comienzos de mes creí que ya no podría hacer mucho más para aumentar las horas y desniveles de entrenamiento, las últimas 3 semanas terminaron siendo quizás las mejores semanas en mi corta vida de corredor. Con 22 días realmente sólidos de casi puro cerro, sin darme cuenta; tuve el mejor mes en lo que va del año con respecto a lo recorrido y aprendido. Lo que aparte de dejarme con un par de piernas bastante muertas los últimos días, me dejaron con las mejores sensaciones con respecto a cómo estoy haciendo las cosas. (¿Hay algo más entretenido que subir y bajar cerros lo más rápido posible? No lo creo) Tema aparte es que dado que los cerros de la zona central realmente 'se corren', tuve que dejar mi pow-hiking de lado y volver a acostumbrarme a esto, lo cual no estoy muy seguro de haber logrado con éxito jajaja.

Sin duda que estar de vuelta en la zona central significo una gran motivación para salir a recorrer los caminos de siempre y algunos nuevos que esta vez conocí. Los ya clásicos: Manquehue, El Carbón,  San Cristóbal y algunos    –desconocidos para mí- cerros de San Felipe fueron mi playground del mes. Pasar de correr en el desierto extremo con uno de los paisajes más desoladores del mundo (nunca jamás me tope con un corredor ahí) a correr en caminos con abundante vegetación, barro y más corredores en el cerro (¡!) fue un gran contraste que significo una potente inyección de energía para salir día a día a conquistar nuevas cumbres y kilómetros. Sin duda que en la zona central se vive esto con mayor entusiasmo lo que se refleja directamente en el número de persona que se encuentra practicando algún deporte al aire libre.

Por otra parte, pero no menos importante, a mediados de mes llegaron mis zapatillas que tanto había esperado. Siguiendo con mi línea respecto a calzado, pero variando en el modelo, esta vez opte por las New Balance MT101 (las antecesoras de la MT110) que hasta ahora, el par de veces que las he probado me han funcionado perfecto. Respecto a las MT110, les exprimí todo lo que me pudieron dar y aplane kilómetros hasta que realmente ya no dieron más. A pesar de haber tenido una corta vida, considero que fue una bastante intensa,  lo cual me deja con buenas sensaciones respecto al par. Si por mí fuera, siempre tendría un par nuevo en la caja listo para ser usado en cualquier carrera con terreno más bien técnico.

A solo un par de horas de la carrera, espero que haber andado tanto este mes no me pase mucho la cuenta subiendo los Altos de Cantillana y poder correr como se que podría llegar a hacerlo en un buen día. Independiente de lo que pase, que bueno es tener la posibilidad de poder medirse con otros haciendo lo que más te gusta. Now, GO!

Algunos números del mes:

Semana 1: 9h22m 3390 D+
Semana 2: 11h54m 4190 D+
Semana 3: 10h17m 3400 D+
Semana 4 : resfrio + taper + carrera



West face del Orilinco, No alcanze la cima pero volvere !
Jugando en las cercanías de San Felipe
Corriendo con la cordillera nevada de fondo






Desde el Cris-Tobal
Lo que queda de las MT110




miércoles, 8 de agosto de 2012

July

Con casi 3 semanas más para que llegue el K42, las ansias ya se empiezan a sentir. Seguro que haberme quedado con las ganas en mayo (por la suspensión de la ruta del Condor) ha hecho que tenga que esperar más de la cuenta para poder competir este año. Pero bueno, ya no falta nada y será solo un pestañazo hasta estar parado en la línea de partida el 1 de septiembre.

Julio fue un mes algo distinto, si bien lo calificaría como uno de los más consistentes, (solo hubo 2 días en los cuales no pude correr), tampoco alcance a acumular todas las horas y desnivel positivo que me hubiese gustado lograr. Con un par de longs run que anduvieron entre 3hrs y 3 hras y medias con un desnivel digno (1200-1500 mts) ya no me queda mucho más que  hacer al respecto.

El haber estado con esa pequeña molestia a mediados de junio y perder unos días de trote, sin duda me dejo con las ganas de haber corrido más, pero por lo mismo ocupe todas mis fuerzas en tratar de  aguantarme y  partir Julio relajadamente para ir aumentando el nivel a medida que avanzaba el mes.  Al final de julio  me las ingenie para recortar más de 7 minutos mi PR en el cerro la cruz, quedando ahora en 31m29s, lo cual me deja bastante contento por la progresión que tuve, en relativamente poco tiempo. Creo que no podría bajar mucho más esta marca a no ser que trabajara específicamente para lograrlo. Igual espero tratar un sub30 min en un futuro próximo, para quedar realmente satisfecho con el tiempo. Se que podría lograrlo.

Por último, he estado escribiendo una nota cada dos semanas en FULLOUTDOOR.CL por lo que recomiendo que vayan al sitio (que anda bien) y disfruten de todo el material que ahí se puede encontrar. 

Ahora se vienen dos semanas duras, para luego intentar tener un tapper decente por primera vez antes de una carrera. A ver si todo resulta como espero  !







Las MT110 que algo apañan todavía








miércoles, 11 de julio de 2012

Junio Junio

Junio es historia, de hecho, ya estamos casi a mediados de Julio y los días pasan volando. La verdad,  el mes pasado partió demasiado bien para luego volverse muy fome. A mediados de este, me surgió una pequeña molestia en el hueso de la tibia que persistió por unos días hasta que decidí que tenía que tomarme un tiempo off, mal que mal, han sido más de 3 meses donde no me he tomada ni siquiera 3 días sin correr por completo. Por primera vez en lo que va del año me tome 5 días sin correr. La verdad no fue nada de fácil contener las ganas, sobre todo cuando había encontrado los cerros más entretenidos en lo que va del año. En 10 días logre hacer 7 veces "la cruz"  -mi cerro favorito hoy por hoy- y juntar cerca de 5000 mts de desnivel positivo. (segurooo que por eso mi tibia colapso), pero es importante escuchar al cuerpo y eso hice.. No me quedo otra que subirme a la bicicleta (es mucho pedir quedarse 5 días completamente inactivo) y trate de no pensar mucho en mi pierna y lo bien que me sentiría cuando volviera a ponerme las zapatillas.

A la semana volví a correr, bien de a poco y poniendo harta atención en mi forma, para sacar algo positivo del cuento y volver a resetear mi cuerpo y así  empezar a ponerle nuevamente. Luego de dos semanas donde he estado aumentando muy de a poco la carga, El domingo no aguante más y fui a la cruz. Sin quererlo, termine bajando mi PR en más de 1 minuto y medio (33m48s ahora) y lo mejor de todo: sin molestia alguna.

Creo que desde ahora en adelante dejare de fijarme en los kms que sumo en la semana y empezare a medir mi volumen en cuanto a las horas y el desnivel, que me parece, es lo que realmente importa. Hoy día estuve cerca de 3 horas jugando en el patio trasero de Iquique y me sentí bastante bien. Definitivamente he estado disfrutando mucho más ir de frente y vertical subiendo un cerro que tomar los  caminos, que si bien acumulan hartos kms, pueden llegar a ser bastante aburridos. Si es por caminos, mejor me quedo trotando en la calle. Como dicen por ahi: "Who needs a road?"



Diagonal de arena arema y más arena, al comienzo de la cruz.
Pequeño vallecito que se encuentra entre dos grandes macisos.














El rico barranco que hay por la cara oeste de los cerros del norte. Más entretención aun.