lunes, 5 de noviembre de 2012

4 días, 4 cerros



La Campana, El Roble, El Mauco y La Giganta. 4 días y 4 cerros muy distintos unos de otros. 4300 mts de elevación positiva en esos cerros y un fin de semana épico !

El primero en la lista fue la campana, cerro ya conocido por mí, pero que por primer vez  intentaba  hacer “corriendo”. Con ganas y ansias de saber que tan rápido se podía hacer. 1h57m hasta la cumbre sin presionar demasiado, para quedarse jugando en las rocas de arriba más de 40 minutos. Que tremenda vista que tiene este cerrazo. Es increíble que desde acá, el ancho de chile: desde el mar hasta la cordillera, se puede apreciar en su totalidad. Se me había olvidado lo divertida que es la segunda  parte del cerro, casi  lo más divertido que  puedo pedir para el nivel de capacidades que hoy en día creo tener. Pasar por el acarreo e improvisar uno que otro corte para llegar más directo arriba, son partes de las cosas que se sortean durante los últimos 800 metros de la cara sur. La bajada, (acá un VIDEO de eso) un tanto conservadora por la cantidad de personas que al medio día iban subiendo y el calor que a esa hora ya estaba quemando, quedo en 1h12m. Finalmente, el roundtrip: auto-cumbre-auto (sin contar el tiempo arriba) quedo en 3h11. Definitivamente tengo que volver un día con poca gente y darle un esfuerzo de verdad para tratar de acercarme a 2h45 non-stop. De todas formas un tremendo día en la montaña y la corroboración de que este es un de mis cerros favoritos.

El siguiente en la lista, un cerro nuevo para mí: El –famoso- Roble. Si bien el pique para llegar hasta este, hace un tanto desmotivadora su ascensión, igual era un cerro que los amantes de esto debemos realizar. Con casi 10 kms de camino vehicular hasta la cumbre, el recorrido va tomando elevación suavemente (el camino es trotable en un 100%, lo que no es de mi agrado ni tampoco mi especialidad) hasta llegar a la cumbre, no menor de 2200 m.s.n.m. Con un calor infernal y algo cansado del camino algo monótono, decidí cortar de frente por un acarreo que se veía bastante entretenido, lo cual fue el highlight de todo el cerro, junto con la también espectacular vista desde su cumbre. La bajada, también por este acarreo con mucha roca suelta y un par de movimientos de cuidado, termina siendo bastante rápida. El roundtrip desde el auto a la cumbre y la vuelta termino siendo de 2h31m. Tiempo que también es sumamente mejorable, sobre todo para los que disfrutan de subir un cerro completamente corriendo y tienen sus fortalezas en eso. La verdad yo no volvería a este lugar a menos que sea con un objetivo específico (como unir la Campana y el Roble). Aun así, es un cerro que estaba en la lista y ahora puedo tachar.

Continuando con la lista, El Mauco se levanta como la cumbre más alta de los cerros costeros y a solo unos kilómetros al norte de Con Con. Al parece este es un cerro poco concurrido y solo es realizado por la gente que conoce de su existencia (fue el único cerro en el cual no nos encontramos con nadie), lo que me parece extraño, ya que es un cerrazo ! Partiendo con una verticalidad inmediata, el sendero del mauco toma elevación bruscamente durante el primer kilómetro para luego, convertirse en una agradable sendero hasta su cumbre. Nuevamente, desde arriba la vista era espectacular y además uno podía vislumbrar como los tres cerros ya mencionados se encuentran ‘mágicamente’ alineados uno detrás del otro…cosas raras. Luego de bushwacking por largo rato tratando de encontrar un camino para un pequeño cerro que se encontraba hacia el este, la bajada desde la cumbre del cerro es realmente divertida. Mucha piedra, canaletas y terreno seco/suelto, hacen que definitivamente uno tenga que poner atención donde se pone el pie. De verdad que me extraña que los trail runners de la V región visiten tan poco este cerro ya que con sus casi 4 kilómetros de subida y sus 650 metros de desnivel, lo convierten en un escenario ideal para entrenar.

Finalmente y con poca pierna, el domingo remate con La Giganta. Si bien era un cerro que ya conocía, esta vez comencé desde otro lugar, lo cual significo navegar por un jardín de cactus pequeños (putos cactus) y subir más de la cuenta con un calor que ya se acercaba a los 25 grados. Con nada más que la botella y una barra de cereal, tras mucho scrambling llegue a la cima en 1h38m para pasar arriba 4 minutos recuperando el aliento y sacando un par de fotos antes de retornar raudamente. La bajada, como ya sabía, iba a ser bastante sketchy sobre todo en la primera parte, lo que me significo bajarme de unas paredes no muy amigables y uno que otro porrazo que terminaron por maltratar aun más mis piernas. Finalmente auto-cumbre-auto en 3h04m (aunque el auto quedo al menos 8 minutos antes de empezar el cerro, cerro) y un sed y hambre que no había sentido en todos los otros días.

Una semana que termino con 4700 de desnivel positivo y ya totalmente recuperado de la UMA. Empiezo a mirar con hambre la Ruta del Condor que ya está a la vuelta de la esquina. Una semana más para darle fuerte antes del taper y de nuevo a correr 50k en la cordillera. Living the dream.

Arriba de la campana


Arriba del Mauco, con el clásico letrero improvisado.

Todas las rocas que hay para jugar arriba de la camapan. FUN.

Arriba de la Giganta con el Aconcagua de fondo.

Scrambling en la Giganta

La cumbre de la Campana desde una parte del camino.






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